Coren se niega a reconocer las exigencias de la pyme Outro Polo y el caso queda visto para sentencia
La empresa agroalimentaria vizcaína Outro Polo reclamó ayer a Coren la cifra de 7 millones de euros por el lucro cesante, tras actuar la cooperativa gallega de “mala fé” y “destruir su negocio de exportación de patas de pollo al Sudeste Asiático”. La exigencia tuvo lugar en el marco del juicio mantenido en el Juzgado Mercantil de Orense, en el que la pyme le acusó de apropiarse de su negocio, y retener la maquinaria y los envases del producto. La compañía vasca solicitó en el mismo acto los importes correspondientes al valor de los embalajes -11.000 euros-, así como la devolución de la maquinaria y los gastos del aval.
Coren, una de las mayores compañías de Galicia y de las principales agroalimentarias españolas,- con una previsión de facturación cercana a los 1.000 millones de euros- se negó a admitir las exigencias de Outro Polo. La pyme vasca, acusó a Coren de abuso de posición dominante, una práctica contraria al libre mercado, y competencia desleal por arrebatarle un negocio floreciente. Finalmente el caso ha quedado visto para sentencia, aunque Outro Polo ha advertido que está dispuesta a llegar a los tribunales europeos de la competencia para defender sus intereses en el mercado chino.
Este nueve episodio judicial es la continuación de la audiencia previa, que tuvo lugar el pasado 19 de septiembre en Orense, en la que la juez conminó a Coren a exhibir su contabilidad, con el fin de demostrar que no habría continuado con el negocio de exportación de patas de pollo arrebatado a Outro Polo. También se le requería la devolución de la maquinaria y los envases y urgía a alcanzar un acuerdo entre las partes. Dicho acuerdo entre las partes no se ha producido en este plazo de tiempo ante la negativa de Coren a realizar ninguna aproximación y la cooperativa se ha negado a exhibir sus cuentas, limitándose a contratar a una auditora que dice “no haber encontrado nada al respecto”.
Por su parte, las pruebas de los peritos presentadas por Outro Polo se han dirigido a acreditar que inmediatamente, tras resolver el contrato con esta empresa, la parte contraria había empezado a vender directamente al exterior. Este hecho demostraría que habrían mantenido en funcionamiento la maquinaria de Outro Polo para producir las patas de pollo.
Por otra parte, Coren habría continuado usando las cajas de envasado de la firma vasca, con la marca de ésta. Mikel Obieta, director gerente de la empresa vasca manifestó haberse enterado de la utilización de sus envases cuando el suministrador de éstos le envío nuevas facturas.
La compañía vizcaína había citado en los tribunales a Manuel Gómez Franqueira y Natalio Rodríguez, consejero delegado y director general de Coren, respectivamente, como parte testifical del contrato firmado con esta empresa gallega en 2006. En dicho acuerdo, la cooperativa orensana se comprometía a facilitar unas 200 toneladas mensuales de patas de pollo, una cantidad que solo la planta de Coren estaba en disposición de ofrecer, al contar con la mayor procesadora de la Península ibérica. Coren rechazó invertir en el proyecto, si bien aceptó participar en el mismo siempre que la operación le saliese a coste cero y pudiera ahorrarse los costes de destrucción del subproducto.
La pyme Outro Polo fue la que adquirió la maquinaria industrial fabricada bajo pedido y a medida a la empresa danesa Linco Foods. Por eficiencia y ahorro en los costes de logística, la maquinaría procesadora de patas de pollo se instaló en las propias instalaciones de Coren por la cercanía con el proveedor. Coren utilizó la iniciativa para solicitar y obtener ayudas de la Xunta de Galicia a la exportación en la construcción del pabellón que albergaba la maquinaria. Finalmente, Outro Polo, que era realmente el exportador, integró el proceso de las instalaciones de Coren como un proceso “wall to wall”, similar al de la industria de automoción, por el que se integra como unidad de producción en la planta de Coren.
Tras los primeros años en los que el negocio alcanzó una facturación creciente de 700.000 euros en 2007; 1,2 millones de euros en 2008 y 1,3 millones de euros en 2009, las dos empresas agroalimentarias firmaron una modificación del contrato. Outro Polo quería asegurarse un buen suministro de producto, con el objetivo de aumentar el tiempo de duración del contrato e incrementarlo en 6.000 toneladas anuales, mientras que Coren tenía en obtener mejor precio de venta.
El negocio siguió creciendo exponencialmente en beneficios por la gran cantidad de producto capaz de absorber el mercado Asiático y Coren decidió explotar su posición dominante como suministrador de gran volumen y rompió unilateralmente el contrato, vendiendo directamente el producto en este mercado, quedándose con la maquinaria, las cajas de envasado y el desarrollo del mercado realizado por Outro Polo.
Negocio novedoso
Outro Polo es la primera y única compañía española que ha desarrollado como actividad empresarial la exportación de patas de pollo a los países asiáticos, fundamentalmente al mercado chino. Los emprendedores pusieron en marcha la pyme Outro Polo tras detectar en algunos de sus viajes comerciales un nuevo nicho de negocio en la amplia demanda existente en China y otros países del Sudeste asiático de las patas de pollo, consideradas en esta zona geográfica como un aperitivo delicatessen.
En España y la mayoría de los países de la UE está prohibida la comercialización de esta parte de las aves para el consumo humano y la legislación exige la eliminación de este subproducto del pollo considerado hasta ahora “sin valor comercial” y que suponía un coste para los mataderos de aves, al tener que deshacerse de ellos.
La importancia estratégica del mercado de las exportaciones de patas de pollo se manifiesta en la cifra de 900 millones de dólares en este producto adquiridas por China en el año 2008, mientras que su vecina Taiwán consume anualmente 440 millones de patas de pollo. Esto son 20 patas de pollo por taiwanés/taiwanesa de todas las edades al año.
- Publicado el 26/01/2012