Iratxe Bernal (El Correo).- Que en Kuwait, uno de los mayores exportadores de crudo, renueven los equipos de sus plantas petrolíferas no es una gran novedad. Que para hacerlo cuente con tecnología de combustión ideada y fabricada en Artea, ya es otra cosa. (Foto Pedro Urresti).

Aquí, en la planta de E&M Combustión se ha desarrollado el quemador que, a través de un calentador de agua, permitirá elevar la temperatura del crudo recién extraído de los pozos de Al-Jahra hasta darle la densidad necesaria para transportarlo por una red de tuberías hasta la refinería.

Esta es la primera venta en el país árabe de esta ingeniería especializada en desarrollo y fabricación de quemadores industriales y equipos de combustión para aplicaciones industriales creada en 2004 y que lo mismo atiende a Repsol, Pemex o Iberdrola en el sector energético, que a Diageo, Puleva o La Casera en el alimentario. Es un logro que en la casa miran con mucho optimismo porque, aunque la planta pertenece a una petrolera franco americana –Schlumberger–, para ellos supone entrar en el Golfo Pérsico, una de las regiones con mayores reservas de petróleo y, por tanto, grandes oportunidades de negocio.

«Lo hemos logrado porque hemos sido capaces de hacer un traje a medida del cliente, que en este caso, por ejemplo, entre otras cosas, exigía que el equipo contara con la clasificación antiexplosiva. Es un segmento en el que nos hemos ido especializando siguiendo las diferentes normativas internacionales y que nos puede ayudar a entrar en otros países productores de petróleo de esa región», explica Iñigo Béjar, director general y uno de los socios fundadores de la firma.

E&M Combustión desarrolla tecnologías de combustión para prácticamente cualquier tipo de planta energética. El año pasado suministró dos quemadores industriales de gasóleo a la central termosolar Nooroo 1 de Ouarzazate –en el sur de Marruecos– y otros dos de gasoil para otra planta termosolar en Sudáfrica. Y hace sólo unos meses, ha logrado el contrato para los equipos de combustión para una planta similar en el israelí desierto de Neguev, que, con una potencia de 121 mw proveerá de energía limpia cerca de 1,2 millones de hogares. La ingeniería vizcaína instará allí cinco quemadores –tres con gas natural y dos con gasóleo y gas natural– que, como los instalados en Marruecos y Sudáfrica, permitirán reducir las emisiones de óxido nítrico y dióxido de nitrógeno que se producen en la combustión del gas natural.

Esa tecnología es la que le ha permitido también este año participar en un proyecto para mejorar la sostenibilidad de una planta de calefacción municipal en China. Instalaciones encargadas de abastecer en ocasiones a millones de personas. Una vez demostrada la capacidad de sus quemadores para reducir los niveles de óxidos de nitrógeno podrá cerrar el contrato para hacer los mismo en otras cuatro centrales comunitarias mediante contratos públicos en ese país.

Tecnología de combustión con valor añadido

La firma tiene allí delegación comercial desde hace siete años. “Lo que tenemos muy claro es que hay que ser cada vez más eficientes y menos contaminantes. No sólo aquí, en casa, donde hay una normativa medioambiental muy estricta. También, y con mayor interés si cabe, en regiones donde los gobiernos y ciudadanos empiezan a tener esa conciencia o donde incluso aún ni la tienen. Para nosotros son mercados nuevos en los que tenemos que posicionarnos con valor añadido”, explica Béjar.

Ese valor añadido es la única forma de hacerse hueco en mercados en los que “todo se copia y se fabrica a precios muy bajos”, porque E&M únicamente produce en la planta de Artea. La empresa ya exporta el 70% de su tecnología de combustión a 30 países. En 2016 escogió India para para abrir su segunda delegación internacional, «un país donde aún queda mucho camino por recorrer», y este año ya ha cerrado dos contratos para instalar sus quemadores en una papelera de Indonesia y una fábrica de zumo de piña en Tailandia. «Son mercados muy alejados y, por tanto, muy complicados pero muy industrializados y muy potentes donde tenemos una gran competencia con los fabricantes de China o India, que a su vez son dos mercados que también queremos ganarnos», indica Béjar.

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